miércoles, octubre 27, 2004

Desiertos y desiertos

Alguien me dijo por escrito, entre otras cosas: "Deseo pasar una noche en el desierto". En ese momento recordé, al norte de esta tierra de volcanes, mis amados páramos de Nuevo León: la tranquilidad, el silencio, la soledad, las estrellas contempladas como nunca se ven en la ciudad, la cercanía de los petroglifos de mis antepasados indígenas, los coyotes merodeando, al igual que las zorras del desierto, o tal vez algún reptil.

Recuerdo los desiertos en los que he dormido y nacen leves rumores que se extienden, temblando, de la boca del estómago a todo mi pecho. Pero ¡qué diferente es el desierto de las letras! La hoja en blanco o con pocos y deshilvanados garabatos, las palabras ausentes, una pluma solitaria, las ideas pugnando por romper murallas sin encontrar caminos ni veredas. Todo gris y el deseo de llegar, no sabiendo a dónde, y la sed de gritar sueños y la garganta insolada carente de la sombra de una letra y los dedos inmóviles y los ojos sonámbulos y.

Si alguien me lee, le debo continuaciones. Seguiré buscando una salida para llegar ¿a dónde?

2 Comments:

Blogger Gaddira said...

al menos quieres seguir buscando esa salida, creo que en el fondo buscar, caminar, soñar... es lo que hace la vida un poco mejor de lo que es. Un besito

28 de octubre de 2004, 11:33 a.m.  
Blogger Anajarate (Gertru Vargas) said...

Conozco el desierto, el africano, el desierto inmenso del Sáhara, donde no hay nada, nada, nada más que arena....
y tú, y el inmenso capacho de estrellas, y ni siquiera el horizonte se distingue..

Sentada allí fui insignificante y a la vez infinita; allí no había caminos ni sitios a donde ir, solo tenías que estar...pero aprendí que estar merece la pena, merodear la merece, observar, disfrutar y sufrir lo que te rodea es una razón para vivir...


un beso

cambié mi direccion a www.echandounpulso.blogspot.com

30 de octubre de 2004, 5:41 a.m.  

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