La vida que fue ( ¿Campanas otra vez? )
No fueron, esas otras veces, las risas de los niños la campana que convocó a los que no tenían esperanza.
Fueron los ojos de los indígenas, ñañhús o nahuatls, brillando al calor de una lucha triunfante: una resolución presidencial ejecutada, dotándolos de terrenos ejidales o comunales; una solicitud de ejido recibida por autoridades agrarias rejegas; la libertad de un compañero preso por defender al ejido; la conquista, no sin buena dosis de violencia, de una urna electoral, de la cual iban a ser robados sus votos.
Esa campana está enmudeciendo, pero se niega a callar.
A veces me parece que va a empezar el repique.
No sé si sólo sueño con un movimiento como de temblor de tierra, profundo, que empieza a murmurar en la profunda retaguardia de mi pueblo.
¿Será una campana que suena, muy lejos y en sordina, llamando a la esperanza?
¿Será sólo un último estertor de los desesperados?
¿Será sólo la utopía modernista del que escribe?
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home